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Vivo mi vida en 134espacios. unos son largos, otros extremadamente cortos. Paz, calma, lucha...

premios y concursos

ALMA, CUERPO Y ESENCIA

ALMA, CUERPO Y ESENCIA.

 

 

            No puedo asegurar que la historia que voy a contarles sucediese tal como yo se la cuento. La escuché de alguien que a su vez también la había oído. Es la primera vez que se escribe. De ustedes depende contarla tal y como les llega o hacer sus propias variaciones.  

 

 

               1. ALMA

 

              Adela era una hermosa mujer atemporal que había nacido junto a las vías del ferrocarril, en un cruce de caminos. Su familia estaba tan vinculada a los caballos de acero, que, mientras su madre estuvo embarazada, ella sentía el traqueteo del tren como un segundo corazón.

 

              La familia siempre siguió los destinos del padre. Adela vivió su niñez unida al tren. Creció mientras su padre hacía meritos en recónditas  estaciones. En la adolescencia, destinados ya en Madrid, Adela se matriculó en la Universidad. Fue de las pocas mujeres que cursaron ingeniería. También fue de las primeras mujeres en ocuparse del ferrocarril.

 

              Cuando se jubiló, mudó su enamoramiento. Su marido hacía ya varios años que la veía desde el cielo y sus hijos, la mayor parte del año, circulaban por vías y  plazas europeas.  El tiempo de Adela empezó a contarse con la misma arena que, en su niñez veía arrojar a la vía para que el tren iniciara su movimiento. Su tiempo era compacto, rápido, silencioso.

 

              El enamoramiento de Adela era, ahora, de libros novelados, de maquetas inocentes, de brillantes sellos, tarjetas y fotos. Adela estaba feliz. Tenía total dominio de su reloj. Un aparente embrujo la hacía estar en todos los foros, en los círculos creativos, en las inauguraciones…Su reloj corría para llegar a tiempo y se paraba para disfrutar de cada momento.

 

              Cuando nació el concurso, estaba ella allí para acunarlo y cantarle versos de Machado con la música de Serrat. Se entregó a su cuidado con alma y cuerpo. Poco a poco, edición tras edición, comprobó que todavía tenía espacio en su corazón para albergar más amor. Descubrió que el amor era como sus trenes y los relatos: no hay uno igual a otro. Partidas y llegadas. Estaciones. Ancho de vía. Nocturno y diurno. Intenso. Corto. Largo. Pausado. Arrollador. El tren y el amor eran poesía.

 

                   Año tras año, edición tras edición, Adela era recepcionista, secretaria y la primera lectora. Adela era el alma del concurso. Todo el mundo quería leer en su  mirada. Paciente amante que quiere  ver amado el objeto de su cariño, jamás permitió que se destruyese un texto no premiado. Costeaba de su bolsillo el regreso de las obras a su origen. Procuraba acompañar los envíos con alguna nota amable, comentarios favorables que había escuchado  y una buena ración de ánimos:

 

                   “…no  deje amainar  su empeño. Acompáñelo de mucho trabajo. Adjunto nos permitimos remitirle unas propuestas. Observará que hemos pasado su texto por las manos de un corrector. Mejore su ortografía. Lea los clásicos que le proponemos. Hemos observado que se ha documentado bien, pero falta fuerza. Viaje usted en tren “de verdad”. Le esperamos el año que viene…”

 

               

 

                  2. CUERPO.

 

                  Desde que se abría el período de admisión de obras hasta que se cerraba, Adela apenas paraba por  casa. La Fundación tenía reservada para ella un pequeño apartamento, en la propia sede.

                  Pese a todo, el año que sucedió lo que ahora les cuento, Adela todavía estuvo más enclaustrada. Cada nuevo relato la hacia un poco más consciente de la situación que vivía y, en su aislamiento, buscaba la explicación que necesitaba para darle coherencia a todo el proceso.

                   Repaso las bases del concurso y tampoco pudo hallar respuesta, hasta que, consecuencia seguramente de sus muchos años de oficio y trabajo sistemático, las dudas le llevaron hacia la pista correcta.

                  Encontró el cuerpo de delito, la explicación.” Simple y efectiva”, pensó.  Adela siempre se sentía satisfecha cuando encontraba una relación directa entre  cosas poco complejas y  soluciones certeras. Aquella noche, Adela sonrió.

 

                 3. ESENCIA.

 

                 Aquel año, se contaron 3000 obras. Adela, encargada de hacerlas llegar al jurado, las conocía todas.

                 Estaba contenta pensando en los acontecimientos. Se había sorprendido al encontrar los puntos de coincidencia en casi todos los relatos.  Había descubierto que desde la propia página Web de la Fundación, una Asociación, “Amigos del tren y la escritura”, abría la suya. En ella  se ofrecían casi todos los consejos que, durante años, Adela había hecho llegar a los participantes.

 

                 Iban a ganar todos. Mientras salía lentamente de la sede de la Fundación, recordaba:

 

             “Cierro los ojos, me dejo llevar…

               Soñar, conseguir paz…

               Llegar a destino una vez más.

                                                                  Tren de carbón, eres mi pasión, te llevo

                                                                   En el corazón.

               Amado tren, olvida el desdén de quién quiso competir contigo.

               Invítale a volver, aleja de tu corazón cualquier desavenencia pasada y

               Abre tus entrañas a las personas conocidas y extrañas.

                                                                   Dentro de ti todos caben y los que no lo

               saben, me lo oirán contar a mí.”

 

 

 

SARMIENTOS de VIDA

                SarmienTOS    dE    VId@

 

                Desde que mamá nos dejó, han cambiado muchas cosas. He acelerado mi ritmo: atender a papá, a Juanxo y Pere, mis hijos, las clases en el instituto, la casa, no descuidar a Luis, mi marido, los trámites y los papeles…

 

                 Sinceramente, tras las vacaciones de Semana Santa y Pascua, necesitaba  tener otras vacaciones, pero debía volver al trabajo. En el instituto, el primer día lo dedicamos a la lectura de las redacciones. En las lecturas, los mismos lugares, las mismas anécdotas. Atiendo sin entusiasmo hasta que Ana nos lee sobre su experiencia: Balcones de Oleana. Pido silencio y ella sigue explicándonos las actividades. Me dejo llevar y aprendo de mi alumna.

 

                 Pienso en mis hijos, adolescentes necesitados de quemar energías. Me siento sumergida en una sesión de vinoterapia: es como una nueva placenta que me recoge y  me recupera.

 

                 Cuando llego a casa me sumerjo en internet para visualizar todo lo imaginado. Sueño una chimenea. Sueño espacio  para recuperar tiempo con Luis y alejarnos de estos meses  últimos, caóticos y tristes. Hemos de darle la vuelta a todo. Fuego que purifica: tronco que arde o brasa que aguarda. Hago la reserva que me pide el cuerpo, que me reclama el alma. Sí. Es el momento de detenerse para que todo fluya.

 

                 Imagino a papá saliendo de su ensimismamiento y esbozando pequeñas sonrisas, rodeado de una naturaleza agradecida. El ejercicio enológico, se confunde con el psicológico. Hay un vino para cada momento y cada experiencia gastronómica: la vida nos pide saborearla recién cosechada o conviene madurarla en barrica. Matices de color, textura: vida. Sumiller: el reconfortante intercambio de la experiencia.

 

               

                Ahora, en Mayo, hay un salto de días, un puente, que lleva directamente a  Balcones de Oleana. Estoy allí, abro el balcón para dejar entrar un nuevo momento de mi vida. Todo está y estará bien. Levanto mi copa por mamá y brindo por todos nosotros.  

     

 

               “yo soy la vid, vosotros los sarmientos…”. Necesito, ahora, sentirme  sarmiento y alimento. Quiero ser  casa “pairal”de la memoria. Quiero ser para poder dar.

 

Carlos Cabrera Grau.

Finalista I concurso de relatos "DIAS DE VINO BALCONES DE OLEANA". (2009.)

 

NIÑO: ¡tira pa'linares!

 

¡Niño tira pa´linares!

Mi camino es el regreso a una niñez de olivares, de minas de metales, a los animales en los pastizales.

Regreso para vivir el progreso en el que he visto crecer la ciudad de mi ayer.

Regreso tras la lucha incruenta, en la aldea global, contra quienes empuñan la guadaña de la muerte, forjan el hierro que mata y crean las diferencias insalvables.

Regreso al sol, al viento, sin cuotas, sin cotos, sintiendo que voy recreando el SUR que alimento.

En esta encrucijada de caminos, nobles sueños veo arribar, en tren, a buen puerto. Hoy soy.

 

Carlos Cabrera Grau.

Presentado al concurso de micro-relatos de la SER.

30.3.2008

 

ALMA,CUERPO Y ESENCIA

ALMA,CUERPO Y ESENCIA

                       Me llegó la confirmación. Alma, cuerpo y esencia, presentada a concurso, ha sido aceptada. Independientemente del resultado, a partir de octubre tendremos un trabajo más para presentaros en este blog, que es también vuestro.

CARLOS CABRERA

LA ESTRATEGIA DEL TRABAJO

Un relato de Carlos Cabrera queda finalista en el concurso "Días de Vino"


El autor YoEscribo.com Carlos Cabrera ha quedado finalista en el I Concurso de Relatos Breves "Días de Vino en Balcones de Oleana" con su obra Sarmientos de vida. En esta obra, la protagonista, que vive los acontecimientos de una nueva etapa vital (la muerte de la madre), ve en la posibilidad de pasar unos días en la casa rural Balcones de Oleana una bonita manera de tomar un respiro para reflexionar y seguir viviendo. Los sarmientos, en alusión directa al mundo del vino, introduce una reflexión entre la vida, la psicología y todo el proceso-vida del vino. La protagonista, que es profesora, descubre Balcones de Oleana con la lectura en voz alta de la redacción de vacaciones de una de sus alumnas.

El relato está dedicado a la memoria de Don Rafael Mir i Deàs, laborioso catalán luchador contra la filoxera.